El restaurador de la granja

"El Farmer" de Andrés Rivera, es una novela que comprende el exilio de Rosas, tras ser expulsado al perder con Urquiza en Caseros. En ella, un demacrado anciano repasa su pasado de gloria, traiciones y poder desde la granja en Southampton a la que fue empujado. 


Rodrigo De La Serna y Pompeyo Audivert adaptaron (junto a Andrés Mangone) y protagonizan la versión teatral que está despidiéndose en el San Martín. Se sitúa en 1877, poco antes de la muerte de "El restaurador". Allí se lo ve con 83 años (Audivert), rencoroso, memorioso y analítico. Maldice la paradoja de llevar 25 años exiliado en un país que desprecia y cuyo idioma jamás aprendió.


Está solo, pero lo acompaña una fantasmal versión joven y vital de sí mismo (De la Serna), que lo ayuda a recordar. Lo incita y asiente en cada uno de sus enojos. Le permite perderse rememorando a su hija, al "detestable" Sarmiento y a la "traición" de Pacheco. Lo escucha hablar de su estampa, el respeto ganado. De los beneficiados cuando él mandaba ("Yo fui el guardián de los sueños de los otros"). Esos que fueron los primeros en traicionarlo: "Quien gobierne podrá contar, siempre, con la cobardía incondicional de los porteños", afirma con certeza.

Ese juego de ida y vuelta entre lo que fue y lo que es repasa su infancia, donde fue maltratado hasta el punto de abandonar su hogar y cambiarse el apellido: Hijo de Rozas, pasa a llamarse "Rosas". Las excusas de los poderosos a la hora de ayudarlo, cuando la derrota era inevitable. Resuenan las palabras del embajador británico Gore: "Nadie es imprescindible". El viejo Rosas escribe y escribe. Reclama compensaciones por todos los bienes que le quitaron, aconseja políticas. Sorprende a quienes lo creen muerto. 



Entre momentos de ensoñación y extrema lucidez aparece el recuerdo lascivo de su hija, a quien acomoda dentro del selecto grupo de los traidores. No está sola, claro. Al ex gobernador le sobran personajes que albergan tal condición. Pese a que su primera muerte fue el exilio en 1852, se aproxima a la segunda y definitiva. Desde una especie de purgatorio, sus dos versiones chorrean resentimiento en distintos envases: Ironía, serenidad, convencimiento, odio pleno y autocomplacencia. No es de extrañarse que haya sido uno de los personajes más controvertidos de la política argentina y un fiel reflejo de ella durante el siglo XIX. Las brillantes actuaciones de Audivert y De la Serna están acordes a un gran relato de Rivera y una adaptación jugada, que apostó a desdoblar el diálogo de Rosas en dos personajes. Esto le dio una agilidad y unos matices fundamentales a la obra.

"El Farmer" da su última función este sábado 21. Esta reseña pretende hacerle justicia y a su vez, lograr que algunos privilegiados más opten por verla y sacar sus propias conclusiones sobre este caudillo, que aún hoy descansa lejos de la tierra en la que dejó huella.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Muy buena reseña, excelente obra!