PRINCIPES DEL UNIVERSO

A pesar de la ausencia del Rey Mercury, Queen junto con Paul Rodgers brindó un espectáculo memorable en Vélez.



Mucho se habló, se habla y se hablará de lo que significa que una banda como Queen cometa la herejía de actualizarse y permitirse "reemplazar" a una figura tan descollante como la de Freddie Mercury.

Pero lejos de pasar lo que la prensa poco informada y el público pseudo fundamentalista auguraban, la banda no reemplazó ni pretendió reemplazar al gran Freddie. Conscientes del peso de su voz y sus canciones, acomodaron un show en donde repasan viejos e inoxidables hits más los temas de The Cosmos Rocks, a la voz de Paul Rodgers, un gran cantante ignorado y denostado en estas tierras por muchos, sobre todo los poco informados y escasamente conocedores de la música internacional.


El recital comenzó a las 22.06, luego de una demora no menor a media hora, desafíando la clásica puntualidad británica. El show comenzó al apagarse las luces y emitirse un video en las pantallas, donde "El Cosmos" (el arte de tapa del nuevo disco) iba moviéndose, para darle lugar a la entrada de los músicos.

El comienzo fue arrollador, bien a lo Queen. Hammer To Fall, Tie Your Mother Down y Fat Bottomed Girls no daban lugar a segundas conjeturas: Queen rockea y desde el principio.



Rodgers se anima y muestra sus dotes de showman ante un público enfervorizado que lo acepta como lo que es, un compañero de ruta de sus ídolos que no muestra pretensión alguna de divinidad, sino solamente acoplarse a las necesidades de la banda.


Luego de completarse el primer sexteto plagado de éxitos de Queen (Se suman Another One Bites The Dust, I Want It All y I Want To Break Free) Paul Rodgers se da el gusto de agitar a la gente con un hit propio, cuando suena la guitarra de May que da lugar a C-lebrity, primer single de The Cosmos Rocks, luego con Surfs Up… School’s Out y su tema Seagull. Brian May lidera el concierto desde su fabulosa capacidad de hacer hablar a la guitarra como nadie, secundado por el gran Roger Taylor, que además de darle un impulso tremendo a los primeros rocks, lanza sus alaridos coristas que nos recuerdan la mejor época de Queen.



Rodgers desaparece y Brian May, luego de haber amagado lanzarse a hablar casi enteramente en castellano (y lograrlo) se va adelante del escenario, a la pasarela en donde rememora áquellos mágicos momentos donde tocaba Love of My Life para Freddie. Ahora es él quien se luce interpretándola y dedicándosela.

Luego se suma Roger Taylor para acompañarlo en '39, también continuando un viejo rito donde los cuatro Queen se juntaban cerca del público y tocaban ese tema, con Taylor dejando la bateria y acompañando con una pandereta y coros.

El momento Queenero se mantiene: Roger Taylor da una clase de batería jugando con un bajo y con sus solos, para luego lucirse con dos perlas de su autoría: I'm In Love With My Car y A Kind Of Magic.


Brian vuelve para regalar y dedicar al publico argentino Las Palabras de Amor, aquel clasico de 1982 atribuido al cariño que en Queen habia despertado el público argentino y que el mismo Brian se encargo de confirmar.

Pasan temas nuevos y un tema de Paul Rodgers. Hasta que Brian emociona con su solo de Bijou acompañado de la imagen de Freddie Mercury, que desde las pantallas canta el tema y luego sigue con Last Horizon. Taylor vuelve a ser protagonista con otros dos hitazos en un gran nivel: La festejadisima Under Pressure y Radio Ga Ga.

Siguen los clásicos y el mundo se detiene de golpe: Freddie desde las pantallas entona las primeras palabras de Bohemian Rhapsody en un video de principios de los ochenta. Todo Velez se silencia tanto o mas que en la Love Of My Life de May.

Los llantos se suceden en el publico y no faltan razones: Toda la canción contiene una gran carga de emotividad. Rodgers entra en escena dignamente en la parte rockera y luego canta el tema a dúo con Mercury, dando cierre a una atmosfera única.



El show, cuando no, se cierra con We Will Rock You y We Are The Champions, como preludio a God Save The Queen. La gente brama por más, aún cuando es difícil obtener más de lo que estos gigantes del rock dieron. Demostraron estar mucho más allá de los prejuicios, de sus edades y de las pérdidas.


Nadie nunca olvidará aquellos legendarios shows de 81 con Freddie Mercury ni tampoco se veran shows por estas tierras que logren superarlos. Pero May y Taylor se encargaron, con ayuda de Paul Rodgers (y Danny Miranda, el histórico Spike Edney y Jamie Moses) de demostrar que en el lugar que ocupa Queen en el cosmos del rock, tienen buena parte del mérito.

Comentarios